Resplandores
lejanos. Un enjambre de sirenas rasga el silencio, ensangrentando en sombras la
noche. Un grito se abre paso. “¡Corre, mi pequeña, corre, no te detengas, al
refugio!”. “No pasa nada mamá, se me ha caído mi cuento, espera”. Se desgarra
una voz. “¡No sueltes mi mano, no la sueltes!” Una marea de manos, un incontrolable
muro de piernas, de caras sin rostro la arrastra. Una explosión. “No llores,
mami, mira, ya lo tengo…”.
***
Sentada, se mira
las manos nudosas. Aferradas como una garra al libro, las pastas salpicadas de
manchas negras. Todo su cuerpo tiembla, o tiemblan las paredes. Se balancea.
“No llores, mami, mira, ya lo tengo…”.
***
“¡Puta vieja!
¡Todos los días sentada en el puto banco, te vamos a sacar de ahí a patadas!”.
Dos adolescentes la cosen a golpes. “¡Dame el mechero, préndelo, préndelo!”
***
“Anciana asesinada
en un parque”.
Una anciana fue hallada muerta en un parque de la ciudad anoche. Los primeros indicios
apuntan a que fue brutalmente golpeada y le prendieron fuego. Vecinos la
identifican como una refugiada de guerra, que se pasaba el día en el mismo
banco del parque. Junto a ella se encontró un gastado libro infantil.